El lío de Rajoy

Que Rajoy está hecho un lío no debe extrañarnos. Tiene un buen lío fuera y dentro de casa; fuera porque, yendo las cosas como van, tiene que dedicarse a hacer política ficción, y dentro porque ni su partido ni sus potenciales electores creen ni en él ni en lo que dice.

Con todo esto, no es de extrañar que Rajoy vea líos por todas partes. Para Rajoy el actual gobierno ha montado el lío de la "corrupción" y olvida que el lío de la corrupción en la construcción tiene su origen en el gobierno del que él formó parte, con una ley del suelo que dio vía libre a constructores, especuladores del suelo y ayuntamientos para campar por sus anchas. Como resultado de la política del anterior gobierno de Rajoy y cía se ha venido robando a mansalva a todos aquellos españoles que querían acceder a la propiedad de una vivienda. Se enriquecieron aquellos a quienes la nueva ley favorecía y nos empobrecimos los demás, los ciudadanos de a pie. Todo un LÍO (con mayúsculas) el que nos dejó su gobierno, señor Rajoy.

Repite el liado casi-líder de la oposición algo que ya dijo al comenzar la actual legislatura: se "vuelve a hablar de corrupción". Cuando él gobernaba no sólo no se hablaba de corrupción, sino que se miraba para otro lado (Marbella), cuando no se ocultaba la que había (no nos olvidamos ni de Fabra ni del caso del lino ni de otros, Rajoy. Varios de sus exministros han sido llamados a declarar por estos casos). Ahora se vuelve a hablar porque el actual gobierno ha decidido mirar al problema de frente, sin ocultarlo ni mirar hacia otro lado, como hacía el liado Rajoy cuando gobernaba.

Lo ve todo liado el señor Rajoy tal vez porque en todas las quinielas de la corrupción salen una y otra vez los nombres concretos de dos dirigentes de su partido: Esperanza Aguirre y Eduardo Zaplana. Le huele mal a Rajoy y le huele tan mal porque la sustancia orgánica que produce ese hedor la tiene muy cerca: en su partido, no muy lejos de las sillas en las que el casi-lider pepero se sienta.

Dice este malencarado político que "no todos somos iguales". Claro que no todos somos iguales, señor Rajoy; no todos tenemos un duplex para multimillonarios en una zona declarada de construcción ilegal, como el que tiene Aznar "banderillas". No todos tenemos piscinas ilegales situadas en zonas costeras protegidas como la que tiene quien de verdad dicta la estrategia de su partido en la sombra, la vedette pseudoperiodística Pedro Jota Ramírez.

La mayoría de los españoles trabajamos para poder vivir dignamente. Otros se meten en política "para forrarse".

Usted, señor Rajoy, ¿trabaja?.