Asistimos estupefactos al espectáculo que ha montado el PP esta tarde en el Congreso de los diputados y en la asamblea madrileña (como si no fuera el partido que gobierna allí, sino una oposición antisistema). La cosa sería de risa si no fuera porque allí estamos representados todos los españoles y porque el espectáculo dado por un PP que se deja vencer por su sector más ultra(derechista) es más propio de unos hooligans de fondo sur con esvásticas en el brazo que de un partido político civilizado y democrático.
Y todo esto se produce después de que Losantos e Ynestrillas llamaran a la "rebelión" y al "alzamiento" para derrocar al gobierno del PSOE. Se ve que sus recomendaciones no han caído en saco roto y Zaplana y Pujalte (con o sin la complacencia de un Rajoy cada vez más fantasmal) han tomado buena nota de ellas y han actuado en consecuencia. Es lo que tiene encabronarse todos los días oyendo la esCOPEta nazional.
Zaplana: "Marín nos ha provocado". La caradura de este sinvergüenza corrupto supera, si cabe, un infantilismo demencial más propio de una pelea de patio de colegio que del lugar en que está representada la democracia.
Recordemos que, estos que nos recuerdan en sus maneras y palabras más a Herri Batasuna que a un partido democrático, nos gobernaron una vez. Para nuestra vergüenza y la de nuestra historia.
Pero estos pobres señores no han calibrado bien sus fuerzas, parecen no saber que la MAYORÍA de los ciudadanos de este país NO SON COMO ELLOS. Su comportamiento casi fascista sólo alimenta a los del "¡Arriba España!" y asusta al resto.
Sólo me cabe una respuesta para explicarme lo vivido esta tarde en este país: la ultraderecha pepera se rebela contra un aparente nuevo "viaje al centro" de Rajoy. Si no es así y Rajoy consiente estos comportamientos debe tener la seguridad de que cada día que pasa él es más un CADAVER político que alguien capaz de llegar a presidir un gobierno.
Todo esto lo que demuestra claramente es la total FALTA DE RESPETO a las instituciones democráticas por parte del PP.
Losantos gana – Rajoy pierde. Y él (que un día llamó "bobo solemne" a Zapatero, tal vez pensando en sí mismo) todavía no se ha enterado.